Todo equipo que se precie como tal ha de tener un jefe en el campo, un líder que comande, un guía hacia la gloria; capitán de jerarquía al que todos respeten, al que todos admiren, al que todos quieran, por eso, los tericos, no vamos a ser menos.
Henos aquí congregados, antes de ponernos en batalla, endosado el uniforme, en marcial formación, para nombrar a nuestro capitán en unánime acuerdo, por eso ofrecemos este honor a nuestro ilustre Antonio Teruel y le agasajamos con esta ceremonia para que se cincele en nuestra memoria de cómo elegimos a nuestro caudillo.
Rompe tobillos, jarra pellejos, punza barrigas, pisa entrañas, quebranta huesos, son dulces apodos que las gentes que padecen sus marcajes le dan.
Santo patrón de ortopedas, fisioterapeutas y traumatólogos, así es nuestro enviudador, el segador de Tarrasa, ultra defensor del fútbol contact.
Uno de los mejores hombres para representar al tercio en el campo. Buen amigo, buen padre, buen esposo y esperemos que buen fornicador, aunque eso solo lo sabe su domadora.
Honrado, noble, participativo, comprometido, responsable y de los más antiguos en esta gloriosa casa. Es capaz de jugar herniado, con los cojones operados, sin camiseta en invierno o henchido de cerveza, pero ahí está en su cueva con sus fieles en defensa, desfaciendo entuertos, devorando el peligro, salvando a toda esa infame canalla que juega por delante.
En ti confiamos, le juramos respeto a tu voz en el campo. Protégenos, ayúdanos, conserva los valores del tercio viejo sobre el campo de juego y te seguiremos hasta el puto infierno. No nos cabe mayor honor, capitán.
Toma pues el glorioso blasón en tu armado brazo y llévalo con el orgullo que a nosotros nos produce contemplarlo en tu kilométrica figura. Haz leyenda, lleva honor por todos los campos de Europa por donde el tercio juega para ser grande, para ser glorioso.
Porta el estandarte y haz la entrega antes del partido, como una de las funciones de tu nueva encomienda. Ahora, antes de salir a jugar concédenos el honor de estrechar tu mano en la puerta de nuestro sacro vestuario y sal en vanguardia al campo luciendo el emblemático brazalete que te señala hoy como el más destacado de los nuestros.
Tericos, todos juntos, vamos a gritar tres veces el apellido de nuestro ínclito capitán, Antonio Teruel, que se oiga en toda la capital del imperio. Que los antiguos reyes, enterrados aquí cerca se yergan al oír al Tercio Viejo Murciano de Alcantarilla:
- Antonio, TERUEL!
- Antonio, TERUEL!
- Antonio, TERUEL!
Enhorabuena, querido.
Enrique Las Rozas ( Madrid ) 8-12-2012
2 comentarios:
Algún día prodré agradecer este gran gesto que haveis tenido todos. Soy muy grandes.
ANTONIO TERUEL
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